Una vez oí decir a alguien, que los seres humanos tienen un punto imaginario dentro de su cuerpo, en el que confluyen y confunden realidad y deseo. Se trata de un cruce de caminos, un sendero bifurcado por el que transcurren neuronas moribundas, que tratan de conectarse al mundo real. Estas neuronas, en este punto, deben drogarse o algo similar, porque empiezan a tergiversar la verdad hasta transformarla en cómo les gustaría que fuera. Un grupo de neuronas desorientadas, borrachas, que tratan de reengancharse a un vagón felicidad-deseo que se les escapa.
Otra vez, me pregunté si de verdad podría existir tal punto, recta o plano ciego. Llegué a la conclusión de que era imposible, porque yo en mi realidad, o tengo un punto vidente o venga Dios y lo vea.
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