lunes, 15 de diciembre de 2008

Adiós soledades

Romper el silencio con el ruido de las olas o escuchando caracolas. Observar la mar y caminar rescatando las conchas del olvido, sin haberles narrado todo lo vivido. Ahora lanzo un órdago a la soledad, para que nunca más vuelva a hacerme compañía y no ahonde en la agonía.
Ni siquiera ahora el vacío estará a solas. Mientras, el reír de las gaviotas y el saltar de los delfines, logran a la luz del alba, amenizar al marinero más tempranero.
Bonita estampa veraniega, donde los rayos del sol, iluminan mis pupilas. Ya no son negras, un color inexistente, después de que la soledad desaparezca, dando sepultura a su propia muerte. Yo me sincero soledad, ahora que todo empieza de cero, ahora que tú ya no me acompañas; sin ninguna piedad, te diré soledad, adiós muy buenas y déjeme usted en paz.
Ahora si me disculpa voy a calentarme un poquito la zona de la ***** y a disfrutar bajo el sol radiante y con sonrisa reluciente, de un futuro diferente.

2 comentarios:

Bian dijo...

Me estoy calentandounnnn poquitola zzzzzzonadela *@!# Qué grande, pol; qué gran frase.

Me gusta... Ais! El verano... aunque estés en la playa más sólo que la una, el simple hecho de tener eso, precisamente nada, te hace mejor compañía que cualquier cosa de nuestro día a día escolar...

Anónimo dijo...

Vas mejorando POLito ;)esta vez Machado te ha salido de muy adentro... será que la inspiración ha vuelto con más fuerza? jiji