jueves, 30 de octubre de 2008

Indignación

La perfección no es sinónimo de victoria, la derrota tampoco lo es de fracaso. La mente sólo era capaz de plantearse esto día tras día, pero por fortuna esa idea ya se iba extinguiendo. Sin embargo, se ha visto sobresaltada derepente por un trágico suceso. Otra vez, cansado, harto de expresar el asco y la repudia que muestra; unos asquerosos y repugnantes primates han vuelto a anteponer la ideología a la vida, la tortura a la libertad. En días como este no hace falta extenderse mucho, la crispación ya se encarga de ello. Únicamente caminando en la misma dirección, con unidad y luchando por un mismo objetivo, este vacío cósmico que sufren los terroristas se convertirá en un agujero negro, que ni siquiera ellos serán capaces de eludir. Entonces sí, tras una oscuridad absoluta (no precisamente la de sus cobardes pasamontañas) se verán engullidos por una sociedad justa que clama por la libertad. Hoy no es un día para hacer quejas estúpidas, o para mostrar diferencias obvias, sino para luchar individualmente y en grupo por el bien más preciado: la vida.

1 comentario:

Bian dijo...

Bien dicho, Pol. Realmente no entiendo cómo alguien puede tomar lo más preciado que tiene, su esencia, lo que le hace tomar la decisión que toma, lo que le hace estar en ese momento pensando en ello, la vida en definitiva, y deshacerlo en pedacitos. Hemos tenido suerte de que en este caso no se hayan llevado ninguna, pero ruego a quien se tenga que rogar para que entiendan lo que tu, yo, y toda la población con un mínimo de raciocinio y sobretodo moralidad, pensamos.