domingo, 16 de noviembre de 2008

Una tarde dulce

Y fue mejor de lo esperado, superando la ficción.
Hoy me levanto con algo de dolor de cabeza. Pero sobretodo el dolor es de ojos, al intentar retener en la retina, esos momentos en los que era partidario de la felicidad absoluta.
Estoy contando las horas que me restan para verla. Da igual que tenga que hacerlo a través de unas lentes divergentes. Dibujaré entonces sus labios, y los fundiré con los míos. Vislumbraré sus ojos, y se quedarán grabados en mi mente. Tocaré sus manos, y las apreciaré cual seda delicada. Chocaremos narices, tratando de corregir las imperfecciones ocasionadas por un pasado difícil, sin embargo, dándanos cuenta de que el presente tiende a la perfección.
Sin duda, una tarde increíble, donde los dulces sueños pasaron a ser real chocolate. Un comienzo esperanzador, que llena de ilusiones y emociones mutuamente correspondidas.
Seguiré contando los segundos que me quedan para verte.

4 comentarios:

Bian dijo...

Ohhh! So sweet! :D

faktoriademusica dijo...

ooooñoñooñoñ
romanticóoooooon

Anónimo dijo...

=D

Ire dijo...

Que envidiosis que das!