viernes, 28 de noviembre de 2008

Con alguien...

Estas palabras poseen más contenido del que aparentemente muestran. En estos momentos, para mí, son la alegoría de la felicidad.
No es alguien, es ella.
Cada día, está presente desde el amanecer, hasta que la luna duerme. Los sueños que antes se desvanecían, ahora se convierten en prosaica realidad. Aparece cuando más la necesito, y me abre sus puertas, como si fuera mi morada favorita.
Su perfume perdura en el ambiente, me hace recordar momentos tiernos. Quizá mentí al jurarle que nunca más sentiría sensaciones de concierto. Después de hacerme alcanzar el Nirvana, puedo afirmar que ella supera la letra de cualquier mítica canción.

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