miércoles, 3 de marzo de 2010

Opaco

A ratos carburo. Subo cuestas empinadas, hasta llegar a la cima. Es entonces, cuando me tiro cuesta abajo y sin frenos.
Momentos en los que con la 5ª no me basta, y otros en los que la "marcha atrás" es suficiente. No suelo mirar mucho por el retrovisor, para evitar malos tragos. Pero alguna vez, una mirada de reojo es inevitable. Me quedo patidifuso al ver que los cristales son opacos. Como las vacas cuando miran al tren pasar.
Vidas llenas de recuerdos, recuerdos llenos de pasado. Es raro, falta algo.

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